martes, 10 de noviembre de 2009

Carta de un mentiroso enamorado.


¿Te han dicho lo hermosa que te vez caminando así,
bajo la mezquina luz de la noche? ¿Lo mucho que
deslumbras con tu mirada perdida y tus ojos vidriosos?
Te juro, mujer, que como hombre nunca había sentido
tal cosa al mirar a los ojos a una dama, te juro, mujer,
que brillas como todas, pero me gustas más que ninguna,
porque tuyo es el sol, y de evidia muere la luna.

No voy a mentirte como cualquiera, porque las mentiras
aquí sobran, ya que eres musa inspiradora para hablar
maravillas sin siquiera tener un pequeño escape de la
realidad.

Y yo sé que debes estar preguntándote para qué digo
esto sino cambiará nada, es porque creía que si no le
decía, mis días no brillarían de la misma manera y las
flores no olerían tan deliciosas cada mañana.

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