martes, 6 de abril de 2010

Mi pequeña.

Por alguna extraña razón, mi pequeña flor, no tengo
ganas de seguir volando. Por alguna extraña situación,
mi pequeña mariposa, no quiero seguir intentando.

Pero estoy aquí por una razón y es que no quiero
morir así. Quiero que tú le ordenes al cielo que pare
de llover y que me mire al sonreír.

¿Puede usted, mi pequeña razón de respirar, hacer
que mi corazón quiera volver a volar?
¿Puede usted, mi maravilloso trozo de sol, hacer que
a mi vida vuelva el color? Porque yo puedo quedarme
a su lado milenios esperando, aunque me mienta y
yo haga como que no me doy cuenta. Pero le pediré
que si usted tiene que mentirme, no me diga nada
ni siquiera al irme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario