sábado, 27 de febrero de 2010

















Y mi mirada se bamboleaban desde tus labios
hasta tus ojos, sin pedir permiso, menos perdón.

No quise despedirme, pero mi corazón lo hizo por
mí, sabiendo que quizá mi regreso, no contaría
con tus besos.

Y sigo de pie en mi desesperación buscando
respuesta, buscando una respuesta de si tus
palabras de cristal resistieron mi pasión ausente.

Pero tengo que admitir que tengo miedo, miedo
de verte de nuevo, tanto miedo de perderte
que a veces ni siquiera pensaría en volver a
tenerte.

Aunque aún no sepa si te perdí realmente, creo
que así es, y aunque hace diez días haz poblado
todas mis noches de sueño, sólo debo decir adios,
mi dulce plebeyo~.

No hay comentarios:

Publicar un comentario