jueves, 24 de diciembre de 2009

Quiero...

No me imagino tu reacción si te enteraras
cómo estoy por tí, porque aunque fueron
sólo un par de horas, te convertiste en mu-
cho para mí.
Tampoco es que quiera decir que estoy ena-
morada, pero no sé que le pasa a mi corazón
que se está muriendo por algo así, casi minús-
culo.
Lejos, lo que menos quiero, es que te enteres
de que me muero. Lejos, lo que más anhelo, es
que vuelvas a dirigirme la palabra y a creer
en mí como yo lo hacía en tí.

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