Paso tras paso estaba más cerca de ti sin destino.
Tomamos un rumbo y simplemente avanzamos.
Con el correr del tiempo, de tus palabras y de las
mías, todo comenzó lentamente a cobrar sentido,
todo comenzó a brillar, quizá no de manera tan
clara y potente, pero empecé a entender ciertas
cosas y olvidar otras sin negar que algunas se
volvieron aún más confusas.
No quiero pensar que eres tú la razón por la que
quiero seguir luchando. Quiero continuar negando
el hecho de que me enseñaste casi todo lo que sé
de ser feliz... pero no puedo.
Te adoro, no quiero que me hagas daño, eres un
gran amigo, de verdad no sabes cuanto me gusta
estar contigo y cuan bien me haces.
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