Nos acercamos engatuzados por el
aroma del instinto, creí que ibamos
a evitar el juego por un tiempo más
largo, pero me equivoqué rozando
mis labios con los tuyos como en
aquellos tiempos.
No queríamos separarlos, mi cuerpo
te necesitaba cerca, ya no sé si era
deseo o atracción. Y desperté ese
vertigo que no sentía hace bastante,
esa sensación de volar con nuestros
labios juntos y nuestros cuerpos
sedientos. Creí que moriría si lo
intetábamos otra vez pero no para-
ba tu cuerpo de mostrarme deseo
y me vi envuelta en entre tus brazos
ya sucios por el tiempo y tu lengua
ya poseída por otra.
No pude más y caí más hondo, al mo-
mento de separarnos el tiempo se
ponía de acuerdo para juntarnos cada
vez con más fuerza y deseo hasta
cuando ya se hacía noche y la luna
anunciaba mi partida, quizá mi par-
tida definitiva... pero ahora abro
los ojos un poco más y me siento
en un grave error, lo que siento
ya se hace confuso y al parecer
tú estaba sólo jugando...
Pero ahora dices que tambien sientes
eso que siento yo, una confusión as-
querosa pero motivadora, seductora
y obsesiva, un olor a aventura que
tambien incluye un gran peligro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario